Está con un pie dentro de la Corporación Mondragon, ¿no?
Sí. Estoy compaginando el último año del segundo ciclo de Ingeniería de Organización Industrial con el trabajo de becario en el Centro Corporativo de Mondragon, concretamente en la unidad de Desarrollo de Modelo de gestión Corporativo.
Luego, conoce bien el modelo del grupo. ¿Qué cambios se vislumbran?
En 2012 se acaba de adaptar el modelo -que es dinámico- de acuerdo a la nueva Política Socio-Empresarial 2013-2016. Se trata de seguir caminando hacia la excelencia total en las cooperativas, con una manera propia de hacer las cosas, una gestión adaptada a la Corporación.
¿Por qué decidió estudiar en el seno de la Corporación Mondragon?
Mi ikastola era una cooperativa y el instituto de Markina en el que luego estudié, Lea Artibai, también lo es y pertenece a la Corporación. Acabé el bachiller tecnológico y, como el grupo cooperativo ha tenido prestigio desde siempre y experiencia en ingeniería, decidí que una buena opción podía ser Mondragon Unibertsitatea. La primera vez que vine a Arrasate fue a hacer la matrícula; me tiré un poco a la piscina.
¿Qué planes tiene para el futuro?
El año que viene haré el proyecto de fin de carrera en la Corporación y luego no sé qué pasará. Sé que acabaré trabajando en una cooperativa pero también tengo ganas de conocer otro tipo de empresas para ver cómo son. Seguramente iré al extranjero, preferiblemente a un país emergente como China.
¿No le importa irse a vivir afuera?
No se puede decir que no cuando estás compitiendo en un mercado global. La decadencia de EEUU y Europa ya ha comenzado y los centros de decisión se van a desplazar. Se acabó lo de trabajar solo aquí. Los clientes, los proveedores y nosotros mismos somos internacionales. No digo que haya que estar 20 años trabajando fuera pero los jóvenes tendríamos que movernos. ¿Idiomas? El inglés lo llevo bastante bien. Me gustaría empezar a estudiar chino.
¿Qué opina del modelo cooperativo?
Creo en el sistema coooperativo. Evidentemente no es la perfección; siempre hay cosas que mejorar pero es una manera alternativa de hacer empresa, más justa y más solidaria, con una búsqueda de beneficio común. De todos modos, me gustaría que el cooperativismo funcionase como debería; durante los 50 años de vida de la Corporación no lo hemos desarrollado en todo su potencial. Mucha gente ha hecho sacrificios y se ha dejado la piel pero en los últimos años la gente ha entrado buscando un empleo seguro casi como si fueran funcionarios. Es ahora cuando hay que aplicar el cooperativismo en toda su plenitud. Desde luego, es una alternativa real. Lo que se pide en la calle con el 15-M, se puede desarrollar en una cooperativa.
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Domingo, 1 de Abril de 2012