Con motivo del DÍA DEL TRABAJO queremos trasladaros un pensamiento recordatorio de las virtudes que debieran sobresalir en la persona cooperativista. Junto al mismo encontraremos otros pensamientos, también de Arizmendiarrieta, que nos recuerdan nuestra pertenencia al mundo del trabajo y consiguiente y obligada cooperación y solidaridad nuestras para con todas las personas que pertenecen al mismo.
Las personas cooperativistas debemos destacarnos por nuestra capacidad de compromiso: por el grado de previsión, planificación, orden y proyección que somos capaces de aplicar en nuestra gestión.
Otra virtud precisa para acreditar la madurez cooperativista y mediante cuyo cultivo sistemático ha de poder hacer honor y dar testimonio de su efectiva cooperación es la responsabilidad en el desempeño de la tarea más modesta. La garra de responsabilidad e iniciativa polivalente, han sido dos características que calificaron a nuestros pioneros cooperativistas pero que hoy por el hecho de encontrarnos en amplias y cómodas naves no debemos pensar que se requieren menos si realmente se desea superar los sucesivos obstáculos que lleva aparejados la promoción empresarial. TU110-1969/10