La fe encarnada de Arizmendiarrieta

-03-2012 / Javier Retegui
La capacidad y magisterio de Arizmendiarrieta supuso en vida, el nacimiento y desarrollo de un proceso transformador, sin precedentes, con repercusión en el Alto Deba, en Euskadi y en los ámbitos internacionales. Ahí nos quedan fruto de su impulso las empresas cooperativas, la Universidad, centros de investigación, Caja Laboral, cooperativas de consumo y un largo etcétera que demuestra su talla humana. Arizmendiarrieta supo dar respuesta a los problemas sociales de la época. Su magisterio respondía a las necesidades. Las realizaciones se han ido expandiendo tras su muerte de acuerdo con las exigencias de los nuevos tiempos, adaptándose y perfeccionándose. La sociedad actual es radicalmente distinta de la de hace 35 a 50 años. ¿No exige esta sociedad soluciones innovadoras equivalentes? ¿Son suficientes los sistemas implantados para garantizar el desarrollo socioeconómico? ¿Siguen vigente algunas claves de entonces, que dieron aquel resultado y que hoy podrían alumbrar nuevos y revolucionarios procesos de cambio?

Nace en el caserío Iturbe de Barínaga, un barrio alejado de Markina, el 22 de abril del año 1915. Es el mayor de cuatro hermanos, tres hermanos y una hermana, ésta fallecida recientemente.

Con tres años sufre un accidente doméstico que le lleva a la pérdida de un ojo. Le ponen un ojo de cristal y utiliza unas gafas oscuras que le disimulan su defecto.

Desde niño muestra sus inclinaciones por la vida religiosa. Colabora como monaguillo en la Parroquia rural y muestra su disposición de ir al seminario. Tanto su maestra de la escuela rural de Barínaga como su párroco, le van preparando para ingresar en el seminario renunciando a su posición de mayorazgo en el caserío. Es un estudiante aplicado.

Con 11 años ingresa en el Seminario Menor de Castillo Elejabeitia. Obtiene buenas notas aunque tiene dificultades para adaptarse a la lengua castellana. Poco a poco se va consolidando con el nuevo idioma.

Terminado los estudios del Seminario Menor, con 15 años, ingresa de interno en el Seminario Mayor de Vitoria donde cursará los estudios eclesiásticos.

– Seminario de Vitoria.
En su estancia en el Seminario de Vitoria tiene la suerte de entrar en un ambiente de intensa y exigente espiritualidad y que cuenta con profesores excelentes.

Obtiene en todos las materias unas notas extraordinarias, con absoluta mayoría de sobresalientes (meritisimus). Pero además, en el seminario se desarrollan otras actividades que le llevan a organizar grupos de reflexión, trabajo y autoexigencia. Tiene dos claras tendencias: El euskara, la cultura y la cuestión vasca, que cuenta con profesores de la talla de Manuel Lekuona y de José Miguel de Barandiarán, y la cuestión social y mundo del trabajo que cuenta con profesores como Thalamás, Goikoetxeaundia y Aldabalde.

Arizmendiarrieta destaca en ambos aspectos organizando el grupo Kardaberaz, bajo la Presidencia de Lekuona, donde se fomenta el euskara, y también el “grupo de amistad”, para fomentar la vida espiritual y el ámbito de la doctrina social. En este grupo editan la revista PAX que posteriormente se llamaría SURGE,  de la que Arizmendiarrieta asume la dirección.

Arizmendiarrieta destaca por su inteligencia, su exigencia espiritual y por su capacidad de organización.
La guerra civil trunca sus estudios se clausura el seminario y es llamado a filas. Se alista en las milicias vascas donde es exonerado del servicio activo para pasar servicios auxiliares y a formar parte del periódico “Eguna”.

– Vicisitudes militares.

La entrada a Bilbao de las fuerzas nacionales trajo consigo la desbandada de las milicias vascas. Arizmendiarrieta piensa en su exilio a Francia, se desplaza a San Sebastián para preparar la salida y se encuentra con un compañero de seminario que le aconseja presentarse en la caja de reclutamiento de Bilbao.

Decide volver a Bilbao pero pasa antes por su caserío de Markina a visitar a sus padres. El taxista que le conduce de Markina a Bilbao, le denuncia y el mismo día es detenido.

Encarcelado, es sometido a juicio de guerra sumarísimo por rebelión, saliendo libre de cargos por los buenos informes del párroco y del alcalde y ser considerado que estaba en la redacción del diario por su edad militar.
Habiéndose instalado el seminario provisional en Bergara, se presenta en el mismo para continuar con los estudios eclesiásticos. Al poco tiempo de empezar el curso, le llaman nuevamente a filas destinándole a Burgos. Consigue hacer compatible la milicia con la continuación de sus estudios en Burgos, convalidándolos en Bergara. El año 1939, terminada la guerra, se reincorpora al reconstituido seminario de Vitoria para finalizar sus estudios culminando con la ordenación sacerdotal a finales de 1940.

– Destino y actividad sacerdotal.

En febrero de 1941, es destinado a Arrasate como coadjutor de la parroquia. Este será el único cargo y destino que tuvo a lo largo de su vida, hasta su fallecimiento en 1976.

Como coadjutor, es nombrado Consiliario de la Acción Católica y sin dejar la atención a sus tareas parroquiales, se dedica a la formación social y religiosa en la Acción Católica, en la Escuela de Aprendices y posteriormente en la Escuela Profesional fundada por él mismo.

La situación de Mondragón era de total desunión y con la miseria de posguerra. El pueblo estaba dividido entre vencedores y vencidos donde era difícil iniciar cualquier actividad sin ser considerado separatista o colaboracionista.

Arizmendiarrieta conocedor de la situación empieza a trabajar con los jóvenes. El primer paso es propiciar que todos tengan acceso a la educación, progresivamente creciente. Oficialía industrial, maestría industrial, ingeniería técnica, …, Mondragón Unibertsitatea. Acceso de las mujeres en igualdad de condiciones, acceso de los adultos (formación permanente) , de los menos pudientes. ¡Que todos tengan acceso a la educación en igualdad de oportunidades!
Si la escuela queda pequeña, se amplía. Se abren nuevas instalaciones, se abordan grandes proyectos, antes de dejar a nadie sin opción.

Supone un enorme salto cualitativo en la población de Mondragón y comarca.
Jóvenes con visión solidaria. No trabaja para ellos sino con ellos. Consigue ilusionarlos con proyectos de transformación de la sociedad, modifica las “escalas de valores” de las personas, que son capaces de analizar problemas sociales y trabajar para su superación. Idean y sueñan con proyectos ambiciosos que exigen la mayor dedicación y empeño. La verdadera satisfacción de necesidades personales es socializando las soluciones.

Se abordan problemas de formación, Escuela Profesional, deportes, Juventud Deportiva, salud, Dispensario Antituberculoso y Centro Asistencial, vivienda, Asociación  Mondragonesa del Hogar, cultura, Cine Gurea, cabalgatas, rifas, teatros… y un largo temario de realizaciones.

Culminada la formación técnica de los alumnos se aborda la reforma del concepto de empresa y se plantea toda una transformación socioeconómica.
Son jóvenes formados, con capacidad de liderazgo y de gestión, que gozan de respeto y prestigio, capaces de unirse para abordar proyectos sociales.
*Anticipándose al futuro.

Siempre con visión innovadora, se nutre del análisis de la realidad y de su proyección a futuro. Pensar, analizar, compartir y crear sentimientos comunes sobre los caminos a emprender. Traducirlos en actividades y acciones ensayando soluciones. Hacer pensando y pensar haciendo, aprendiendo de la experiencia para asentar nuevos horizontes.

* Desde la Trascendencia a la inmanencia*

– Sentido Trascendente.
Arizmendiarrieta tiene y cultiva una profunda fe en Dios. Recibe esta fe en el seno familiar pero la ratifica, consolida y revalida a lo largo de los estudios eclesiásticos. No se trata de una fe heredada, sino de una fe consciente y asumida tras profundos momentos de reflexión y oración. Sus notas personales del período de Diaconado y ordenación así como los posteriores, demuestran una solidez en la decisión y una entrega total de su vida y persona al servicio de Dios.
Este compromiso de entrega a Dios le lleva a amar a los más necesitados, los pobres, lo que le lleva a orientar toda su dedicación a la “cuestión social”. Deja de lado cualquier otra prioridad para dedicarse de cuerpo y alma al servicio de los demás hasta vaciarse. No tiene nada para sí. Todo su pensamiento, tiempo y dedicación está permanentemente al servicio de los demás. Busca soluciones estructurales, sin dejar de atender planteamientos personales.
Los conceptos de fe y de amor (caridad) le llevan a la esperanza capaz de ilusionarse por proyectos avanzados con el convencimiento de que son alcanzables. Con una profunda fe, dedicado en cuerpo y alma a la causa de Dios, con una total entrega a los más necesitados y desprendimiento de su persona, emprende caminos nuevos con ilusión y confianza.

– La acción inmanente.
Íntimamente unidas al sentido de trascendencia están las realizaciones que emprende Arizmendiarrieta. Es una relación directa de causa a efecto. No se puede entender la vida y obra de D. José María sin contemplar la profundidad de su sentido Trascendente.
Se trata de una fe encarnada, coherente, total que impregna toda su vida.

Entiende que la vida humana tiene sentido trabajando para colaborar con Dios en la tarea de la Creación. Dios hizo la creación pero la dejó inacabada poniendo a la persona para que domine la naturaleza al servicio de la humanidad.
El trabajo no es una maldición bíblica, “ganarás el pan con el sudor de tu frente”, sino la gran oportunidad para colaborar con Dios en la tarea de la Creación. Tiene un sentido creativo y artístico que justifica la vida humana.
D. José María fue desprendido en todo y avaro del tiempo y del trabajo. Su lema de “crear y no poseer, trabajar y no ganar, progresar y no dominar” resume su filosofía.

Enraizado en la fe de Dios, toda su vida la dedicó a crear, trabajar y progresar.
Arizmendiarrieta es un verdadero ejemplo de fe encarnada.

* Principales enseñanzas y claves de su magisterio *

Pensando en la sociedad actual, ¿qué claves o enseñanzas podemos recoger de su magisterio? ¿Siguen vigentes sus principios y motivaciones? ¿Sirven para analizar y enfocar nuestros problemas?
Voy a tratar de desgranar algunos conceptos que siguen siendo actuales y que, incluso, adquieren ahora verdadera importancia.

– Centralidad de la persona.
En Arizmendiarrieta la persona se convierte en eje, núcleo y principal motor de la transformación socioeconómica. La organización, el capital y todos los demás factores, quedan supeditados a la participación de la persona.
Hoy, a duras penas, las organizaciones basadas en el predominio del capital, paternalistas, políticas o simplemente burocráticas, están teniendo fuertes tensiones de cambio para dar participación a las personas y transformar sus estructuras. Se habla de “gobernanza” como la ciencia que estudia estas modificaciones estructurales.

Arizmendiarrieta diseñó y experimentó empresas donde la persona es el núcleo de la organización.
Antes de preparar empresas preparó las personas mediante: la formación técnica, el sentido social, el sentido de trascendencia y la capacidad de soñar en proyectos socialmente avanzados.

Mediante la formación se modulan los instintos, se adquiere conciencia comunitaria y se modifican las escalas de valores de las personas.
En los actuales momentos en que estamos ante la exigencia de la centralidad de la persona en todas las organizaciones, el magisterio de Arizmendiarrieta es un activo valioso.
¿No es necesario preparar y educar a las personas para este cambio radical?

– La cooperación.

Elemento central del mensaje de Arizmendiarrieta. La persona solitaria tiene fuerzas limitadas. Mediante la cooperación se consiguen efectos sorprendentes.

Cooperación entre personas para conformar empresas. Cooperación entre empresas para conformar agrupaciones. Cooperación entre cooperativa para conformar verdaderas Corporaciones.

Hay un verdadero magisterio en organizar la cooperación, experimentado en sistemas que funcionan, son competitivos y se han instalado conviviendo con otros sistemas.

El concepto de cooperativismo, como fórmula concreta de organización, es una solución parcial al concepto más amplio de la cooperación.
Se pueden y deben arbitrar agrupaciones entre empresas capitalistas, mediante fórmulas mixtas de participaciones de capitales y normas de cooperación. También el concepto de cooperación debe presidir las relaciones internacionales. La “equipontecialidad” del desarrollo obliga a procurar el desarrollo equilibrado de todos.
La pura y simple actuación competitiva, argumento esencial de la actual organización mundial, genera situaciones de injusticia insostenibles. Es preciso modelar sus efectos mediante los conceptos de cooperación.

– La solidaridad.

Que entiende que formamos parte de la comunidad humana y que nos importa lo que ocurre a todos nuestros hermanos.

Se trata de establecer mecanismos estructurales para que la solidaridad se implante en todas nuestras organizaciones.

En las organizaciones cooperativas está estructuralmente establecida. En las naciones se establece mediante los impuestos, más o menos progresivos, que tratan de satisfacer las necesidades básicas de todos los ciudadanos.
Las organizaciones económicas y las relaciones entre los estados, se sustentan en conceptos de máximo beneficio donde cada uno procura progresar en detrimento de los demás.

La implantación de sistemas estructurales de solidaridad en esos ámbitos es una tarea inaplazable. Es preciso moderar los rigores del puro capitalismo, con medidas que garanticen el progreso generalizado.
– La esperanza.
Se trata de diseñar un futuro mejor confiando en la fuerza de las personas a través de la cooperación.

Tener confianza en nuestras propias fuerzas. No esperar a que nadie nos redima desde el exterior. “Es mejor encender una cerilla que maldecir la oscuridad”.

Imaginar futuros, compartir ideas, aglutinar esfuerzos y experimentar soluciones innovadoras, contando con nuestro ilusionado trabajo. Es la antítesis de la situación de ostracismo que genera el desempleo que no deja de ser un derroche social imperdonable, mientras que los que lo sufren se encuentran en un callejón sin salida.

Arizmendiarrieta tuvo siempre esa visión de analizar las necesidades futuras y de diseñar nuevos mecanismos que, si bien, inicialmente descolocaban nuestras meninges, tuvieron el poder de movilización de fuerzas sociales, hasta su consecución.

Como ilustración final, dos pensamientos:

“Se hicieron las cosas porque no sabíamos que eran imposibles” (Uno de lo primeros seguidores de Arizmendiarrieta)

“Si no existiera la luna habría que inventarla, por el enorme esfuerzo científico y técnico que ha movilizado para llegar a ella” (Arizmendiarrieta)

Bergara, 14 de noviembre de 2011

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