Quienes hemos tenido la suerte de compartir trabajo, ilusión y pasión en Arizmendiarrietaren Lagunak Elkartea (ALE) durante una larga década, siempre hemos aprendido con Jose Mari un modo de trabajar en equipo y un método de comunicar lo esencial de los valores cooperativos.
Sus propuestas han sido generosas sin límite, sin cálculo ni táctica. Muchas veces nos sorprendía.
Quienes le han conocido a lo largo de su vida nos hablan de su compromiso ciudadano en su Eskoriatza natal. Nos refieren su compromiso en la creación de la ikastola. Nos detallan su dedicación a los proyectos solidarios en Mundukide. Y de su tesón en las carreras de maratón.
La energía vital, creatividad, fuerza, pasión y generosidad han perfilado su personalidad.
“Todo el mundo pierde cuando alguno vence” solía repetir y sus palabras permanecen como un mensaje para nuestra sociedad.
Con José Mari se nos va un poco de nuestras raíces, de la imprescindible radicalidad, de la utopía permanente como guía y de la dosis necesaria de anarquía para defender la libertad.
Tenía dotes para el cooperativismo, pero su principal característica era el espíritu colaborativo y la intuición. Sus últimos intentos estuvieron dirigidos a los jóvenes: cooperativizando sueños.
También se han ido otros compañeros y amigos muy queridos de Arizmendiarrietaren Lagunak Elkartea – ALE: Alfonso Gorroñogoitia, José Mari Ormaechea, José Ramón Elortza y José Ramón Goikoetxea.
Gracias a todos.
ALE, Legado / Ondareko lankideak:
Gemma Muñoz, Itziar Usabiaga, Ignacio Lakunza, Mikel Lezamiz, Miguel Angel Irizar eta Jose Mari Larramendi.